Ruta por las aljamas de Aragón
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Ruta por las aljamas de Aragón

Sumérgete en el valioso legado que la presencia hebrea dejó en el territorio aragonés
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También tienes disponible Ruta por Cinco Villas, Moncayo y Aranda

Son numerosas las localidades aragonesas que conservan sus antiguas juderías. Te invitamos a visitar 27 de estas aljamas en un recorrido que te llevará de norte a sur de Aragón por ciudades y villas milenarias.

Localidades por visitar
27
Kilómetros por carreteras inolvidables
1100
Pueblos declarados Conjunto Histórico
12

Día 1 Jaca, Huesca y Barbastro

La ruta empieza en la primera capital de Aragón, Jaca, que llegó a tener dos sinagogas, una en el barrio Alto y otra en el Bajo, donde estaban los baños. Su judería era estrecha y sinuosa en su primer tramo, pero se ensanchaba en forma de embudo en su confluencia con la calle del Pilar.

En Huesca, en la zona oeste de la ciudad, en lo que hoy es conocido como Barrio Nuevo estaba la segunda judería más importante de Aragón, un barrio completamente cerrado y cuyos límites serían la puerta Ramián y la desaparecida iglesia de San Ciprián. Tenía varias puertas de las que se han conservado los nombres, Puerta Mayor, Puerta de San Ciprián, también llamada de las Fuentes, la de Salceras y la del Romano.

Finalizaremos la jornada en Barbastro, donde la juedería se ubica en el interior de La Zuda o fortaleza de origen musulmán, en el distrito de Entremuro. Aquí se aglutina el caserío más antiguo de la ciudad, en la que llegó a considerarse la quinta aljama en importancia de Aragón.

Día 2 Monzón, Tamarite de Litera y Fraga

En Monzón, hoy capital del Cinca Medio, están muy interesados en su pasado judío y en su divulgación. La aljama estaba ubicada a los pies del castillo templario y su concepción deriva directamente del urbanismo musulmán.

A poco más de 20 minutos, en Tamarite de Litera, se conservan muchos vestigios de sus sinagogas y de sus casas. Las dos arterias esenciales la constituyeron las actuales calles de San Benet y Bon Vei, en una de cuyas márgenes discurría la muralla de la villa, de modo que la judería se asentaba en el exterior, aunque dominada por el castillo.

Nuestra última parada del día la haremos en Fraga, donde podemos visitar la judería que estaba a los pies del castillo, en el barrio de la Collada. El recinto estaba delimitado por un muro perimetral al que se ingresaba a través de un portal, próximo al escarpe vertical sobre el río Cinca o por la plaza del rey, adyacente con el castillo.

Día 3 Caspe, Alcañiz, Híjar y Huesa del Común

Comenzamos el día en Caspe, capital del Bajo Aragón zaragozano, que además de ser la ciudad del Compromiso, conserva su entramado urbano entre la calle Barrio Verde y la plaza de San Indalecio, junto con una tupida red de callizos, alguno sin salida.

Ya en la provincia de Teruel, las investigaciones sobre la aljama de Alcañiz la sitúan indistintamente en dos zonas del antiguo casco urbano de la ciudad: el barrio de San Jaime o Santiago y el del Arrabal o San Juan, por lo que pudo haber hasta dos sinagogas. Continuaremos nuestra ruta en Híjar, uno de los destinos más esperados ya que la antigua sinagoga de San Antón está entre las cinco mejor conservadas de España, manteniendo todos los elementos medievales. En la plaza homónima, de grandes dimensiones, se mantiene el granero del Diezmo y las calles de la Fuente, del Azaguán y Jesús, así como el arco de entrada.

En Huesa del Común la judería se encontraba integrada en la morería. Contaba con una sinagoga, donde se hallaba la popularmente conocida como "ventana del Rabí". Se cree que los restos de yeserías con la estrella de David halladas en la localidad pertenecen a ese templo.

Día 4 Montalbán, Teruel y Albarracín

Seguimos por la provincia de Teruel, en Montalbán, donde se conservan muchas huellas genuinas del urbanismo judeoislámico. En su judería priman las líneas quebradizas y zigzagueantes, en el concepto de fachada se opta por la privacidad de unos callizos que confluyen con patios internos por donde se entra a las viviendas.

La ciudad de Teruel, famosa por sus torres mudéjares, mantiene el nombre y la estructura del barrio de la judería. Está situado junto a las antiguas murallas y se articula en torno a las actuales calles Ambeles, Judería, Valcaliente, Esteban, Horno, Caracol, Hartzenbusch, Aínsas y Comadre, algunas de las cuales se cruzan en la actual plaza de la Judería. Presenta una trama urbana de carácter radial y ocupa la parte superior de una ladera en cuya cima se situó uno de los castillos que el Rey de Aragón tenía en Teruel, el llamado castillo menor o castro superiori judeorum, referencia directa a su proximidad con la judería.

En Albarracín, uno de los pueblos más bonitos de España, también se puede pasear por las estrechas calles de su vieja judería. Su espacio se extendía desde la última porción de la calle del Salvador hasta la iglesia de Santa María y debió de tenderse un muro de delimitación que también servía para la defensa de la ciudad. Permanece el vestigio toponímico de la cueva de los judíos, que da nombre a una concavidad en la pared rocosa que se divisa desde el barrio, al otro lado de la garganta que describe el río Guadalaviar.

Día 5 Daroca, Calatayud y La Almunia de doña Godina

Entrando de nuevo en la provincia de Zaragoza, nos detendremos en Daroca para pasear por el actual Barrio Nuevo, donde hubo una importante comunidad judía que dejó su huella en la nomenclatura de sus calles. La concepción de la judería es de inspiración islámica. Los callizos por donde se entra a las viviendas tenían una anchura de cuatro codos para garantizar la intimidad, la ventilación y la luz solar mientras que las calles principales o carreras tienen una envergadura mínima de siete codos para que puedan circular los carros.

Nos dirigiremos a continuación a Calatayud, ciudad que está potenciando desde hace tiempo su pasado hebreo y que acogió en su momento la segunda comunidad judía de Aragón. El barrio judío se concentraba entre el Castillo de La Peña, el de Torremocha y el de Doña Martina, lo que hoy corresponde con el barrio de la Consolación. Tras la expulsión, los conversos ocuparon otros lugares del casco antiguo en torno a las calles La Jolea, La Higuera y Bañuelo. Tuvo varias sinagogas, dos castillos y un hospital, así como carnicería y horno.

En La Almunia de doña Godina la judería estaba flanqueada en todas partes por vías públicas que la delimitaban y sus viviendas estaban ocupadas por cristianos, de modo que la población hebrea accedía mediante callizos y patios interiores en torno a los cuales se articulaban las manzanas.  Estaba entre la calle Barrioverde, Rosario, San Juan y la Avenida del Corazón de Jesús.

Día 6 Zaragoza

Y llegamos a la capital del Ebro. En Zaragoza estaba la principal aljama y hay mucho que ver. La Guía de la judería de Zaragoza ofrece una exhaustiva información del pasado judío de la ciudad y permite localizar dónde estaban sus sinagogas, puertas, callizos, baños, hospital, la cárcel, carnicerías… Imprescindible para conocer el mundo judío. Además, también hay presencia judía en La Aljafería, en el Patio de La Infanta y en La Seo, concretamente en el muro de la parroquieta, donde se han descubierto varias estrellas de David, símbolo histórico del pueblo judío. También hay plazas dedicadas a celebridades judías como la Reina Ester, en el parque Bruil, o al diplomático Ángel Sanz Briz, junto al pabellón Príncipe Felipe. Además, Francisco de Goya vivió en el siglo XVIII en lo que fue la Nueva judería (Coso Bajo). Se está a la espera de la apertura de los baños judíos y de su musealización.

Día 7 Magallón, Borja y Tarazona

Camino del Moncayo pasaremos por Magallón, donde el barrio judío estaba en torno a la iglesia de San Lorenzo, en el cerro que domina el caserío. Lindaba con la muralla, el castillo y el mercado, entre el barrio de San Miguel y la calle Calentejo.

En Borja, la comunidad hebrea estaba en el barrio de El Cinto, encintado por una muralla que contaba con una puerta de acceso en el nexo de las Calles Castillo y Portaza.

Y el destino final de esta jornada es Tarazona. El hermoso entramado urbanístico de su judería presenta estrechos pasadizos y misteriosos callejones, restos de la historia hebrea que el tiempo no ha conseguido borrar. Tarazona es la única ciudad aragonesa que forma parte de la Red de Juderías de España, a la que pertenece desde el año 2000. La aljama se extendía por las actuales calles Judería, Aires, Rua Alta, Rua Baja, plaza de la Mata, plaza y calle de Los Arcedianos y plaza de Nuestra Señora. Había dos juderías: la Vieja, que constituye un espacio cerrado ajeno a la modernidad y al tráfico que discurre entre calles estrechas y escaleras y la Nueva, a la que se accede por la cuesta de los Arcedianos, un callejón estrecho y empinado que salva una altura considerable para descender hasta el nivel del río.

Día 8 Tauste, Ejea de los Caballeros, Luna y El Frago

Y llegamos a la Comarca de las Cinco Villas, donde se encuentran algunas de las juderías más destacadas de Aragón. A pesar del nombre, son treinta y uno los pueblos que la componen, aunque sólo nos vamos a detener en ocho de ellos para recordar la presencia sefardí.

En Tauste la judería está en el entorno de las calles de San Bartolomé, Pedro IV de Aragón y López Arbizu. En estas calles se insertaban los edificios institucionales y las viviendas del estrato más prestigioso de la sociedad, mercaderes y médicos. A día de hoy, todavía podrás ver la fachada del edificio que en su momento fue la sinagoga, junto a la pequeña ermita de San Bartolomé. En Ejea de los Caballeros, en lo que hoy es el Barrio de La Corona, estaba la quinta aljama de Aragón, que llegó a tener mas de 300 habitantes. Se ubicaba en torno a la plaza de Rufián y las calles Portaza, Enmedio, La Puebla y Gramátoca.

En Luna los judíos se asentaron entre la Calle Puyfranco y Codillos. Recientemente se han descubierto en unas viviendas ‘gallizos’ o callejones internos que permitían entrar a las casas por la calle Puyfranco y salir por la parte de atrás. En El Frago la huella del judaísmo ha quedado reflejada en sus callejuelas, en los muros de algunas viviendas y en algunas lápidas funerarias (como la del Rabí Yom Tob ), siendo el conjunto epigráfico hebreo más importante de Aragón. En 2007 se inauguró el Centro de Interpretación de la Palabra, imprescindible si se quiere conocer el Aragón judío en la Edad Media.

Día 9 Biel, Luesia, Uncastillo y Sos del Rey Católico

Seguimos en las Cinco Villas y empezamos el día en Biel, la segunda aljama en población de la comarca. Estaba en el norte de la villa y en ella podemos ver un amplio muestrario de arquitectura popular en piedra con pequeñas ventanas encaladas. Tenía dos centros principales: el social, que era la zona comercial y el espacio donde se celebraban las festividades, que correspondería con la actual plaza de la Caudevilla; y otra zona para actos religiosos situada en la calle Barrio Verde, donde estaba la sinagoga.

Luesia conserva en el Barrio Nuevo gallizos y callejuelas y está constatado que había casas cristianas lindantes con las judías, por lo que su espacio no estaba segregado.

Uncastillo mantiene hoy en día intacta su judería. Los judíos se asentaron en la villa ejerciendo sus labores comerciales, mercantiles y artesanales hasta su expulsión en 1492, fecha en la que el conjunto de la judería fue bautizado con el nombre de ‘Barrio Nuevo’. Quedaba delimitada mediante portales que se cerraban por la noche o en caso de peligro. El cementerio se encontraba extramuros. Para ver los restos que quedan de él tendrás que atravesar el puente de Barrionuevo y llegar hasta el complejo deportivo del municipio. Conserva intacta su sinagoga, una de las más bonitas de Aragón, que además de cumplir su finalidad religiosa, incluía el horno de la comunidad, un huerto y un columbario o palomar. También podemos buscar las hendiduras que hay en muchas puertas para colocar el mezuzah (pergamino con dos versículos de la Torá).

Finalizamos el recorrido en la tierra natal de Fernando el Católico, Sos del Rey Católico con un conjunto histórico–artístico ejemplo de la convivencia entre culturas de Aragón. La judería de Sos discurría a espaldas del palacio de Sada y se accedía a ella a través de un portal añejo a la capilla de San Martín. Este barrio judío es, en la actualidad, el Barrio Nuevo. Paseando por sus calles descubrirás lugares de lo más pintoresco, como la calle "sal si puedes", el túnel del Perdón, las calles Coliseo, Mentidero y La Luna, o la plaza de la Sartén. En las puertas de muchas casas podrás observar la cruz y la mezuzah tapada, símbolo de la conversión al cristianismo de un judío.