Sierra de Guara y Reino de los Mallos

Un castillo medieval de película, espectaculares ríos de aguas bravas y gigantescas formaciones rocosas que tocan el cielo... Todo esto te espera en tu visita al Reino de los Mallos.

Comienza tu ruta en Ayerbe, pasea por sus elegantes plazas y admira sus casonas renacentistas. Aquí vivió parte de su infancia y adolescencia el Nobel de Medicina Santiago Ramón y Cajal y en torno a su figura existe un centro de interpretación. ¡No te vayas sin probar las riquísimas tortas de Ayerbe! A tan solo un cuarto de hora se encuentra el castillo de Loarre, la fortaleza medieval mejor conservada de Europa. Tras su visita, puedes acercarte a las vecinas localidades de Aniés, con su preciosa ermita rupestre, y Bolea, donde podrás admirar el bello retablo renacentista de su Colegiata.

Regresa de nuevo a Ayerbe para dirigirte hacia Murillo de Gállego, la capital del rafting. Su proximidad a los imponentes Mallos de Riglos y de Agüero y a las aguas salvajes del río Gállego hacen de este pueblo prepirenaico un destino irresistible para escaladores y amantes de los deportes de aventura. Acércate a la localidad de Agüero y no dejes de visitar la iglesia de Santiago, uno de los templos románicos más hermosos de Aragón. Puedes dormir en Huesca para aprovechar mañana al máximo de esta ciudad.

Orgullosa de su patrimonio y de su milenaria historia, Huesca mira el presente con vocación de modernidad. Callejea todo lo que puedas por el casco antiguo y no dejes de visitar su catedral gótica y el conjunto que forman la iglesia y claustro de San Pedro el Viejo, uno de los ejemplos más importantes del románico aragonés. El museo de Huesca está a un paso.

A unos minuntos de Huesca hay dos lugares que no puedes perderte: el Planetario de Aragón, una ventana abierta al universo que te llevará a un viaje lleno de sorpresas, y el Centro de Arte y Naturaleza CDAN.  Toma dirección Barbastro y antes de llegar, un desvío a la izquierda te llevará hasta dos maravillosas joyas del románico: la iglesia de San Miguel de Foces, en Ibieca, y el monasterio cisterciense de Casbas de Huesca. Continúa hasta Barbastro para pasar allí la noche.

Habrás oído hablar del Somontano por sus vinos, por sus pintorescos pueblos, como Alquézar, en plena sierra de Guara, y por su naturaleza salvaje, paraíso del barranquismo.

Comienza tu ruta en Barbastro, corazón de la Ruta del Vino Somontano. No dejes de visitar su grandiosa catedral y alguna de sus numerosas bodegas.  Adéntrate por la tarde en plena Sierra de Guara para conocer Alquézar, uno de los pueblos más bonitos de España. A un cuarto de hora está Colungo, el mejor punto de partida para arrancar un apasionante viaje por la Prehistoria. Sus abrigos de arte rupestre te dejarán fascinado. Los amantes de la escalada encontraréis en Rodellar vuestro paraíso particular, a 50 minutos de Colungo.

Si vas a la zona en verano, te proponemos un chapuzón diferente en las piscinas de sal de Naval, antiguo salinar reconvertido en centro de ocio en el que podrás bañarte y flotar como si estuvieras en el mar muerto.