Alhama de Aragón

La historia de esta localidad zaragozana va unida a la de sus aguas termales. Su poder terapéutico y hasta ‘milagroso’ ya conquistó a los romanos hace más de dos mil años. Tras estos, los musulmanes bautizaron a la población con el nombre de Alhama, que significa ‘fuente termal’.

Testigos de la presencia musulmana son sus calles estrechas y sinuosas y la torre de una antigua fortaleza que todavía se conserva en lo alto de la localidad. También hay pervivencias mudéjares en las yeserías de la iglesia parroquial de la Natividad de la Santísima Virgen. Las podrás contemplar en las bóvedas de cañón con lunetos, decoradas con estrellas y puntas de diamante, y en la cúpula del crucero.

Fue a finales del siglo XIX y principios del XX cuando los balnearios vivieron su época de mayor esplendor, cuando era habitual reconfortar el cuerpo con baños medicinales y beber su saludable agua. Fue en ese momento cuando se construyeron los ‘glamourosos’ edificios de aire modernista que hoy conforman el Balneario Termas Pallarés. Su impresionante lago termal, único en Europa, es ideal para bañarse en cualquier época del año, ya que de él brotan constantemente aguas cristalinas a 34ºC. El otro balneario que hace las delicias de los visitantes es el Hotel Balneario Alhama de Aragón.

Aprovecha tu estancia en los balnearios de Alhama para hacer alguna excursión, por ejemplo, al emblemático Monasterio de Piedra o a la ciudad de Calatayud, ambos situados a pocos kilómetros de distancia.