Pomer

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Desde Pomer se tiene la sensación de estar por encima de todo. Con sus 1107 metros sobre el nivel del mar, es una de las localidades más altas de Aragón y la segunda de la provincia de Zaragoza.

El paisaje que rodea a Pomer, asentado en la sierra del Tablado, se asemeja al de la cercana Castilla, mesetario y cerealista. Numerosos barrancos atraviesan el término municipal, dando origen al río Aranda, que terminará de conformarse aguas abajo, cerca de Aranda de Moncayo.

El casco urbano, sobre una balconada natural, ofrece una excelente panorámica de la sierra de la Virgen, respaldado por la del Tablado.

Pomer gozó antaño de prosperidad por su situación fronteriza, siendo un auténtico punto aduanero por el que pasaban ganados y mercancías. Durante la Baja Edad Media, la villa estuvo bajo el dominio señorial de diversas familias nobiliarias hasta que pasó a engrosar las posesiones del Conde de Aranda, en el siglo XVII.

La localidad cuenta con un templo levantado en el siglo XVI sobre otro templo anterior de origen románico, la iglesia de la Asunción, en la que destacan sus columnas y capiteles entre la mampostería. Su portada tiene un encanto especial por su tosquedad, y está flanqueada por dos atlantes que parecen vigilar a quienes osan traspasar la puerta del templo.

En el paseo por este municipio contemplarás unas edificaciones curiosas, las bodegas subterráneas excavadas bajo tierra, donde se almacenaba el vino para conservarlo a temperatura constante.

Te recomendamos acercarte hasta el pozo nevero, situado en las eras cercanas al pueblo. Se trata de una caseta circular de falsa bóveda donde se almacenaba la nieve caída en el invierno, utilizada para enfriar y conservar los alimentos durante todo el año e incluso para la venta comercial.

Si te gusta el senderismo disfrutarás en la fuente del Bullizo.

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