Biniés

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Biniés ofrece un surtido de puertas, jambas, chimeneas y aleros tan completo y variado que incita a perderse en sus calles. Además del castillo de los Urriés hay que ver la iglesia parroquial barroca del siglo XVIII.

Biniés

Biniés ofrece un surtido de puertas, jambas, chimeneas y aleros tan completo y variado que incita a perderse en sus calles. Además del castillo de los Urriés hay que ver la iglesia parroquial barroca del siglo XVIII. 

El pueblo, coronado por su castillo de cuatro torreones, está en lo alto de un risco desde el que se domina la entrada al Valle de Ansó: la Foz de Biniés es un desfiladero que hay que ver. La palabra aragonesa «foz» significa estrechamiento o angostura, y eso es lo que hay que atravesar para subir desde Biniés hasta Ansó: un espectáculo inigualable, paredes de más de 200 metros de altura en un tramo de tres kilómetros. Se puede recorrer a pie ascendiendo por un sendero que conduce a un m

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