Monasterio Viejo
Añadir a mi viajeConstruido a principios del siglo X al amparo de la roca que le da nombre, es un lugar mágico que combina historia, cultura y naturaleza como ningún otro. Durante la Edad Media, su aislamiento le otorgó un carácter legendario que lo relacionaba con el Santo Grial.
En el interior del Monasterio Viejo de San Juan de la Peña sobresale el magnífico claustro. Construido en el siglo XII, es un maravilloso ejemplo del arte románico y cuenta con una valiosa galería de capiteles tallados. Destacan también la iglesia prerrománica, las pinturas de San Cosme y San Damián, del siglo XII, el denominado Panteón de Nobles, la iglesia superior, consagrada en 1094, y la capilla gótica de San Victorián.
A todo ello hay que sumar otros edificios posteriores a los siglos medievales, entre los que cabe señalar el Panteón Real, en el que descansan los restos de los primeros Reyes de Aragón. Es de estilo neoclásico y fue erigido en el último tercio del siglo XVIII.
Los auténticos orígenes del monasterio se pierden en la oscuridad de los tiempos altomedievales y se le ha supuesto refugio de eremitas, aunque los datos históricos nos conducen a la fundación de un pequeño centro monástico dedicado a San Juan Bautista en el siglo X, del que sobreviven algunos elementos.
Arruinado a fines de dicha centuria, fue refundado bajo el nombre de San Juan de la Peña por Sancho el Mayor de Navarra en el primer tercio del siglo XI. Fue este monarca quien introdujo en él la regla de San Benito, norma fundamental en la Europa medieval. A lo largo de dicho siglo, el centro se amplió con nuevas construcciones al convertirse en panteón de reyes y monasterio predilecto de la incipiente monarquía aragonesa que lo dotó con numerosos bienes.
El panteón real medieval, que fue el lugar de enterramiento de los primeros reyes de Aragón, es visible y está acondicionado. El espacio anexo de la masadería expone varias laudas sepulcrales y muestra información sobre el linaje de estos reyes, así como los resultados del estudio de los restos exhumados.
ESPACIO EXPOSITIVO DEL MONASTERIO VIEJO
Frente al panteón de los reyes se ubica una zona museística dedicada al Monasterio y a la figura de Pedro Pablo Abarca de Bolea, X Conde de Aranda, cuyos restos descansan en el panteón de nobles del monasterio. Dividida en tres salas, muestra la importancia del cenobio como centro político, religioso y artístico y la relación del Conde de Aranda con el mismo.
La sala principal muestra la casaca mortuoria del Conde junto con una reproducción facial del mismo. En las otras dos salas se encuentran restos arqueológicos y arquitectónicos aparecidos en el entorno del Monasterio, entre los que destacan capiteles y fragmentos de decoraciones. Estos fondos museográficos, adscritos al Museo de Huesca, están contextualizados con textos y paneles informativos.
Completa tu visita acercándote al Monasterio Nuevo, en el que se encuentran dos Centros de Interpretación, uno dedicado al propio Monasterio y otro al Reino de Aragón.