Ruta por el modernismo de Zaragoza
Pasear por Zaragoza nunca inspiró tanta modernidad como a principios de siglo XX con la celebración de la Exposición Hispano Francesa de 1908. Los edificios levantados en aquellos años daban a la ciudad ese aire elegante, moderno y alegre tan característico del Art Nouveau.
¿Te imaginas viajar cien años atrás y caminar por Sagasta contemplando a ambos lados sus maravillosas fachadas modernistas? Es difícil no caer en la nostalgia… Pero te proponemos algo mejor, ¿qué te parece hacer una agradable ruta a pie por Zaragoza y disfrutar del patrimonio modernista que todavía se conserva hoy en día?
A principios del siglo XX la burguesía zaragozana empezó a instalar sus residencias en el Paseo Sagasta y se construyeron bellas fincas y chalets que seguro que identificas enseguida. Algunos de ellos son Casa Juncosa, en el número 11, Casa Retuerta, en el 13, o Casa Palao, en el 76. El paseo todavía conserva, hasta cierto punto, el aire de los típicos bulevares franceses con su magnífica arboleda en el centro.
En la plaza de los Sitios se encuentran algunos de los edificios más importantes construidos con motivo de la Exposición Hispano Francesa. Se celebró para conmemorar el primer centenario de los Sitios de Zaragoza, planteándose como un acontecimiento moderno que quería demostrar el empuje cultural y económico de la ciudad y de Aragón. El arquitecto Ricardo Magdalena se encargó del diseño del actual Museo de Zaragoza, inspirado en los palacios aragoneses del siglo XVI, y a su lado podrás ver la antigua Escuela de Artes y Oficios, realizada por Félix Navarro.
A cinco minutos a pie puedes admirar la magnífica fachada del Casino Mercantil, que baña de color amarillo un tramo de la calle Coso, frente la oficina de oficina de turismo de Aragón. Callejeando por la zona del casco antiguo, verás otros bonitos inmuebles de la época: Casa Molins, en la calle Alfonso, 2 y los edificios de la calle Prudencio 25 y la calle Manifestación 16. Sin duda, quedarás admirado por la majestuosidad del Mercado Central, que se construyó en 1903 en el mismo lugar que ocupaba el mercado de la ciudad desde el siglo XIII.
Y ya cruzando el Ebro, en la margen izquierda, hay un bellísimo edificio que no debes perderte: la Casa Solans. La villa, una auténtica joya construida por el harinero don Juan Solans entre 1918 y 1921, es uno de los mejores ejemplos de arquitectura modernista privada que tenemos en Zaragoza y se caracteriza por la vistosidad de sus azulejos y mosaicos, traídos en su día de fábricas de Castellón y Valencia.
Un paseo por esta zona te permitirá ver otros exponentes destacables de patrimonio industrial de la época: la antigua fábrica de galletas Patria, la Azucarera del Rabal, la fachada de Maquinista y Fundiciones del Ebro y la que fue la primera estación de Zaragoza, la Estación del Norte.
Y aunque ya te hayamos dado muchas ideas, no podemos terminar sin recomendarte una visita al parque José Antonio Labordeta para que contemples una joya modernista única como es el Quiosco de la Música.
Esperamos que disfrutes de este viaje a los nuevos tiempos del modernismo que hoy son parte de nuestro pasado.