La película rodada en Loarre ‘La Abadesa’ llega a los cines el próximo 22 de marzo
El film, dirigido por Antonio Chavarrías, explora la vida de una joven abadesa de la Edad Media y grabó una parte importante de sus escenas en el castillo de Loarre.
El entorno del castillo de Loarre acogió hace un año el rodaje de la película ‘La Abadesa’, del director Antonio Chavarrías. La película se presentará en los próximos días en el Festival de Málaga y llegará a los cines el próximo 22 de marzo.
El film explora la vida de una joven abadesa de la Edad Media, Emma -a la que da vida Daniela Brown-, que decide asumir su poder para enfrentarse a un mundo patriarcal y dominante en una sociedad que relegaba a la mujer a un papel socialmente secundario y sin contenido.
El director catalán ha querido dar un papel muy importante a la fotografía y la ambientación en la época en la que se desarrolla la acción. Además del castillo de Loarre, la película también se grabó en La Seu Vella (Lleida).
La abadesa, la historia de una religiosa que se enfrentó a las estructuras de poder del Siglo IX y que está inspirada en la historia real de Emma, una joven nacida en el año 880, que era hija de Guifré, conde de Barcelona. Desde que nació estaba destinada a la vida religiosa y creció bajo la tutela del obispo de Vic, Gotmar. La inesperada muerte de su padre en un enfrentamiento con los musulmanes la convirtió en Abadesa a los 17 años. Y tuvo que enfrentarse a las estructuras de poder del Siglo IX. Una película dirigida por Antonio Chavarrías y protagonizada por Daniela Brown, Blanca Romero, Carlos Cuevas y Ernest Villegas. Cuenta con la participación de RTVE, se presentará en el Festival de Málaga, y llegará a los cines el 22 de marzo.
El cargo que ocupó Emma seguramente fue visto por su entorno como simbólico y sin más contenido que el de dirigir los rezos de las monjas de la Abadía, pero desde un inicio ella desarrolló una gran actividad: repobló grandes extensiones de territorio, fundó iglesias y también numerosos pueblos, sus dominios crecieron hasta ser casi tan grandes como los de un condado. Al poder religioso le unió el económico y el político, pronto despertó recelos: en sus hermanos, en la nobleza y en la propia Iglesia, claramente masculinizada.
Foto: Heraldo de Aragón